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calidad informativa, comunicación, cooperativa, empresa, inmediatez, La Marea, periodismo
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La cantautora chilena Violeta Parra en la canción “Miren como sonríen” recitaba los siguientes versos: “miren como gestionan los secretarios las páginas amables de cada diario, miren como sonríen angelicales, miren como se olvidan que son mortales”. Y precisamente la inmortalidad es uno de los problemas que encontramos hoy en día en el periodismo. Son muchas las empresas de la comunicación que piensan que sus medios son inmortales, que pueden realizar la información que quieran sin que esto les conlleve el distanciarse de su público. La forma de tratar las noticias en nuestro país ha ido cada vez más en declive. La realidad de muchos hechos a veces es imperceptible a raíz de las constantes tergiversaciones de los mass media. Pero esta concepción periodística está cambiando gracias a periodistas que realmente afrontan y sienten su profesión con valores éticos, alejándose del afán de lucrarse a costa de ofrecer un producto falaz y mediocre. En cuestión de un año nos hemos encontrado la dicotomía de como redacciones que parecían intocables han sufrido ERE’s llevándose con ellos a profesionales de la información con un currículum intachable. Grupos como MediaPro y Prisa pensaban que eran inmortales y a la mínima que empezaron a obtener menos beneficios (que no confundir con pérdidas) decidieron aumentar su plusvalía de la forma más fácil que se puede hacer hoy en día gracias a la última modificación de la reforma laboral, echando al máximo de trabajadores posible.
Está surgiendo un periodismo de células
Periódicos como Público y El País que se autodenominaban progresistas fueron poco a poco mostrando su verdadera identidad, aquella que se oculta detrás de la careta y que pertenece a las empresas que sustentan el medio. Pero el juego de ser Jeckyll y mr. Hyde les ha costado numerosos lectores que gracias a portales digitales como El Diario han encontrado un sitio donde poder informarse con contenidos de suma calidad. Pese a los medios alternativos que encontramos que ya llevan una larga trayectoria en funcionamiento como pueden ser los portales de Librered, Rebelión o Tercera Información y que tienen un perfil más político, podemos apreciar tal como indica Toni Martínez, fundador del periódico La Marea que: “nos encontramos con un periodismo de células” y “eso es algo positivo que ha nacido a raíz del despido de tantos periodistas”. Aunque el auge de todos estos nuevos medios podría dar lugar a ser una competencia constante entre ellos, hay que matizar que todos apuestan por un periodismo de calidad y crítico pero cada uno aborda su nicho particular. Que va desde el humor ácido del equipo que dirige el argentino Dario Adanti con las publicaciones mensuales de la revista Mongolia que ha obtenido reconocimiento internacional en el periódico Financial Times por la labor que están haciendo. A los acontecimientos culturales que cubre de manera claramente diferenciadora JotDown, pasando por una nueva visión y vuelta de los cánones establecidos que realiza la revista de fútbol Libero.
Uno de los acontecimientos más importantes que provocó el despido del 85% de la plantilla de trabajadores de Público ha sido el nacimiento de la primera cooperativa (MásPúblico) periodística en España. Mientras empresarios como Jaume Roures (134 despidos) o Juan Luís Cébrian (129 despidos) visualizan el periodismo como un elemento muerto e inmóvil, siendo incapaces de apostar por un producto de calidad informativa, optando por la máxima de obtener el mayor beneficio por más que sea a costa del despido de trabajadores. Frente a estos modelos empresariales de negocios caducos en un momento donde las tensiones políticas de nuestro país hacen que la sociedad solicite una información con valores de neutralidad y con análisis en profundidad. Nacen proyectos como La Marea que no solo apuesta por el papel como formato de difusión sino que además decide afrontar este nuevo proyecto con unos valores éticos muy marcados. Es ahí donde se encuentra el éxito hoy en día. Mientras los empresarios que habían olvidado que eran mortales y habían centrado todo su debate en torno al formato de papel sí o papel no y de cuáles serían las promociones y regalos que acompañarían las noticias que se elaboraban. Se olvidaban que la única forma de conseguir que el periodismo esté más vivo que nunca es imitando los modelos de los nuevos medios citados anteriormente, que centran su debate en una realización correcta del periodismo arriesgando y apostando por mantener el formato en papel. Siendo todo esto hecho desde periodistas que conocen claramente su condición de trabajadores independientes y no desde el prisma empresarial de seguir el dictado de aquel que financie con más capital su medio de comunicación.