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calidad, falacia, forbes, información, investigación, mentira, periodismo, the new republic
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La calidad del periodismo actualmente está en entredicho, numerosos han sido los escándalos de publicaciones de noticias que posteriormente se han verificado que no han sido ciertas. Hallar un medio de comunicación que no falte a la verdad a veces resulta una tarea dificultosa y en gran medida es debido a los intereses económicos que se esconden detrás de las empresas que sustentan dichos medios, además estas inyecciones monetarias hoy en día con la crisis actual y el descenso de ingresos por la publicidad suponen un autentico oxigeno económico para el medio y por tanto, su dependencia se ha visto en aumento en los últimos años. La verdad es un bien que se paga muy caro, el público demanda un periodismo que se sustente en el pilar fundamental de la calidad. Pero los medios hacen oídos sordos a esta petición y prefieren priorizar el debate en el formato a la hora de publicar el contenido.
En la película El precio de la verdad encontramos un caso escandaloso de mal periodismo. Igual llama la atención que aunque sea una fecha cercana, ya que la invención de los artículos por parte del periodista Stephen Glass se dio hace tan solo quince años, se podría justificar con el escaso avance tecnológico a la hora de poder realizar la comprobación de las noticias que se publicaban. Pero es evidente que este hecho no justifica la insensatez de una revista tan prestigiosa como es The new republic. Y cabe remarcar además como en este caso la dicotomía entre el clásico del papel con el formato digital sirvió para que la edición digital de la revista Forbes pusiese en entredicho las publicaciones que se estaban dando en un medio tan prestigioso. Por primera vez encontramos como el hecho de la inmediatez no primó en la redacción de Forbes y realizaron una investigación exhaustiva para desenmascarar una trama orquestada por un redactor de The new republic.
Actualmente hay una concepción generalizada de que los medios tradicionales deben aportar más fiabilidad frente a los digitales, debido a que éstos últimos con la inmediatez que brinda internet pueden cometer más errores. Esta premisa sirve para demostrar la decrepitud del periodismo del siglo XXI y no hace falta remontarse a 1998 para descubrir casos como el de Stephen Glass. El caso más reciente que tenemos es el del diario El País con la foto de un supuesto Hugo Chávez intubado (ampliado en la siguiente entrada). Estos hechos de falta de contrastación y rigurosidad periodística se dan a día de hoy con un avance tecnológico que permite descubrir estos errores, que en muchas ocasiones vienen dados con una premeditación, como es el caso de la manipulación informativa que realizan periódicos nacionales de la talla de La Razón.
Pero lo que podemos destacar del caso del fraude de Stephen Glass es como con la sinergia de fuerzas se pueden conseguir grandes logros. El trabajo que realizó Forbes y en su defecto el periodista Adam Penenberg que destapó toda la trama fue ejemplar. En primer lugar por el trabajo de investigación realizado, que hoy en día por la inmediatez se ha visto delegado a un segundo plano y encontramos publicaciones carentes de profundización. Además la cautela con la que trato el escándalo Penenberg poniendo en conocimiento a Chuck Lane redactor jefe en aquel entonces de The new republic, de la posibilidad de un articulo falso denota un gran grado de buen periodismo. Y por último lo más importante es el feedback entre dos medios con formatos distintos que se unen bajo una premisa única de hacer periodismo de calidad. Premisa que debería priorizar frente a cualquier otro debate y que además queda de manifiesto con la rectificación posterior que hizo The new republic con la nota aclaratoria sobre los 27 artículos falsos de los 41 que había escrito Stephen Glass.
Por tanto esto nos conduce a que realmente el formato es lo de menos y no solo los medios tradicionales tienen que ser rigurosos a la hora de informar, sino que debe prevalecer la idea de ofrecer al público una información que sea tratada con rigurosidad, profundización y calidad. Con el fin de poder salvaguardar este cuarto poder que hoy en día se encuentra en un momento de flaqueza debido a los constantes varapalos que los grandes medios nacionales realizan cuando publican informaciones sesgadas, manipuladas e incluso falsas. Y este hecho queda patente con el auge de nuevos medios alternativos como el caso de ElDiario.es que no solo está contando con lectores asiduos, sino que además pagan por estos contenidos digitales reeducando al consumidor español gracias en gran parte a su forma de realizar periodismo.
-La sinergia de dos medios de comunicación.
-Documentación e investigación como fuentes del buen periodismo.
-Ética periodística; una herramienta en desuso.
-Las consecuencias de un ego estratosférico.
-Rigurosidad informativa en peligro de extinción.